La baja de los precios internacionales de los lácteos y la oportunidad que abre EEUU, motiva que buena parte de las vacas de los tambos sean enviadas a frigorífico para la producción de carne, según publicó MilkPoint.

Años de una baja oferta de vacunos mantuvo los precios de importación de carne bovina de EEUU próximos al récord de U$S 6,61 por kilogramo.

Nueva Zelanda es el tercer mayor exportador de carnes hacia EEUU, ayudando a satisfacer la creciente demanda por carne picada a las hamburgueserías establecidas como McDonalds, así como a compañías más nuevas como las redes Shake Shack Inc.

Los tambos neocelandeses están reduciendo la producción de leche y envían las vacas más viejas a faena. “Por una vaca conseguí U$S 960,24, era grande, pero normalmente se consiguen entre U$S 370 y U$S 440 por cabeza”, apuntó el productor Andrew Hoggard, que sacó 22 vientres que no estaban en producción de su rodeo en la Isla Norte “porque es un gran negocio”.

El clima desfavorable que terminó en una sequía y la caída de los precios internacionales de los lácteos, desalentó a los productores neocelandeses. “Lo positivo es que esas vacas que se están enviando a frigorífico están generando buen dinero”, remarcó Hoggard.

La carne representó el 12% de las exportaciones globales de Nueva Zelanda en 2014 y los lácteos el 29% de sus exportaciones.

Las exportaciones de carne bovina de Nueva Zelanda aumentan en febrero o marzo, pero permanecen altas hasta mayo cuando la producción de leche cae. Con la crisis, los productores comenzaron a achicar más sus rodeos lecheros y como resultado, las ventas de carne vacuna hacia EEUU llegaron a U$S 118,55 millones, pasando a más del doble de 2013.